En la creencia indígena las muñequitas quitapenas se llaman de esta forma por vaya la redundancia, quitar las penas. Sí, así como se lee. Según la tradición, estas son guardianes nocturnos que fungen como un escucha y resolutivos de problemas personales. La manera correcta de aprovechar su poder espiritual es de la siguiente manera: en privado antes de dormir se le habla a nuestra muñequita (porque es una muñequita por individuo) de una manera susurrada con voz alta para contarle nuestras problemas, penas o tristezas y ya que se haya terminado, se le dice que se quiere ser feliz y se le da un beso, finalmente se le coloca debajo de nuestra almohada. La muñequita durante toda la noche se encargará de resolverlos, aliviarlos o buscar un camino más claro para solucionarlo. Cuentan las experiencias de los propios indígenas que el despertar es más bello y con abundante paz.